sábado, 4 de junio de 2016

Buquiporra 2016, el Giro

Desde hace un par de años se viene celebrando con enormes ganas e ilusión una porra ciclista entre los amiguetes a la que denominamos Buquiporra. Como es una porra en la que participan elementos buquizos de pro pues el nombre es el que es debido a ese principal motivo. El premio consiste en una cena pagada al ganador por el resto de comensales/participantes y ese es el único afán lucrativo de la competición. Aparte están los aspectos lúdicos consistentes en el mantenimiento de un grupo de whattsapp de temática difusa en el que aparte de bicicletas se puede hablar bastante de rugby, azafatas de podium de diversas competiciones, política local y twitter. Aparte de los temas inherentes a un grupo compuesto enteramente por gachos y en los que no es necesario entrar en más detalle.


Si bien varios componentes de este extraño grupo participamos en otras, demasiadas, porras de carácter provincial, nacional e internacional, la Buquiporra es a la que más aprecio tenemos. Al menos por mi parte. El hecho de que el premio sea ni más, ni menos, que una cena con los amigos la hace suficiente especial como para esperar ese momento se gane o no. A pesar de que algunos de los componentes nos batiríamos en duelo todas las semanas se estableció como razonable dotar de premio al mejor porrista anual (contabilizando las grandes vueltas, las clásicas y las vueltas importantes de una semana) así como premiar a los mejores en Giro, Tour y Vuelta. En total cuatro cenas, si no estoy equivocado, que sirven de excusa para juntarse de vez en cuando.


Nuestro insigne David L, alias Mapachito, se ha hecho acreedor de la primera cena al vencer en el Giro de Italia con una compacta escuadra en la que el máximo estandarte fue la joven revelación luxemburguesa Bob(bobbob) Jungels. 


Vistiendo la maglia rosa durante tres etapas de la segunda semana de carrera, el mocetón centroeuropeo acaparó la atención de los aficionados y los cariños de Giorgia y Laura. Además de ganar la clasificación de los jóvenes y la admiración general, este excelso rodador con dotes para la montaña aportó 1166 puntos a la bolsa global de 6283 con la que David nos trituró para alzarse con la victoria. Además fue el único que tuvo la sensatez de incorporar a la postrera maglia ciclamino (ahora rossa) de la regularidad, el eterno segundón Nizzolo. Así como la valentía para contar con una bala perdida como el ruso Porsev el cual se convirtió en importante baluarte, o como dirían en la tele pública, en un gerifalte de rendimiento francamente positivo. Tuvo suerte en este último aspecto ya que la sociedad de sprinters Katusha compuesta por Porsev y Tcatevich tenía el mismo empaque que un barco rajado por el fondo lleno de ratas abandonando la nave. 

En segundo lugar de la clasificación y primero de los llamados a cotizar se colocó Frai. Con un equipo muy marca de la casa, de hecho sigue siempre las mismas pautas, estuvo a punto de lograr el sorpasso en la última etapa. Una victoria de Modolo en Turín el cual fue obstaculizado por el mapachil Nizzolo hubiera provocado el vuelco en la clasificación mas no fue así. 


Las elecciones de Valverde por devoción y el tico Amador por obligación de la parienta, nutrieron de puntos y pura vida al equipo las dos primeras semanas. No puso más banestos porque no encontró en la lista ni a Rodríguez Magro ni a Rondón así es que continuó con sus pedradas marca de la casa incorporando a Verona. Como no encontró a ninguna otra joven promesa puso a Fraile porque no encontró a Zubeldia en la lista. Por suerte para él no incidió más en sus filias y el resto del equipo rindió bien. El colombiano Chavito y su fugaz liderato apuntalaron la privilegiada posición en la semana decisiva.

En el tercer puesto del cajón otro clásico de las posiciones cabeceras, Ali. Además de los mencionados Bob(bobbob) Jungels y Balaverde el elemento sorpresa del joven padawan de las porras fue el italiano Brambilla Barandilla. Cogió la maglia rosa en la primera semana y todavía tuvo la fuerza y suerte suficientes para retenerla durante un par de jornadas. 


Así como Brambilla Barandilla quedaría en el capítulo de los haberes de Ali, el de los debe es mayor y de ahí que no alcanzara una mejor clasificación. Sus filias le traicionaron una vez más y a pesar de que no eligió a Lotto Jumbo alguno, cuando era el momento habida cuenta del extraordinario rendimiento de Krispis Kruijswijk, se cavó su propia fosa con elecciones tan discutibles como Koshevoy, su cuota de joven eslavo con proyección que no hizo nada y a la que lleva abonado desde hace años cuando en un golpe de suerte descubrió a un tal Pitera Sagan; un gris Colbrelli que demostró que no todo el monte es orégano y que quedó diluido entre el resto de figuras del pelotón que en la presente edición del Giro dieron una extraordinaria lección de ciclismo a todos los niveles y donde el bueno de Sonny no alcanza; y el monstruo de las galletas Bananito Betancur del que luego se hablará más.

Jose Luis Rutero, el buquizo turolense felizmente asimilado para estas porras, fue el cuarto clasificado. Aparte de Dumoulin, elegido por diez porristas que se lo pensarán mejor la próxima vez, la escuadra rutera contó con la baja por desarreglos intestinales de Landa.
Si el líder de Sky no llega a tener semejante romance nocturno con el señor Roca lo mismo estaríamos hablando de exhibición del alavés y del equipo rutero pero la cosa quedó en retirada. Su baza sorpresa para los sprints, la hormiga atómica Ewan rindió poco y mal dejando la carrera demasiado pronto para preparar pues no se sabe muy bien qué. 


Así y todo, Rutero pudo reponerse con Chavito, con Joseph Lloyd Dombrowski de todos los santos, el ciclista con el nombre que satura la memoria RAM de algunos comentaristas deportivos, y con Bob(bobbob). Si Modolo hubiera estado más entonado y Fulham Fugslang Fuslan hubiera acabado en el podio como él mismo pronosticó antes de comenzar la carrera... igual hasta gana la porra.

Servidor, con un equipo que lo fiaba todo a las "jovenes" promesas de más allá del Vístula la cosa podía salir muy bien o como era de esperar y al final así fue, de pena. Bob(bobbob) mantuvo el tipo de la escuadra junto a un corajudo Caramelos Tinkoff Majka. Un tío tan corajudo como falto de iniciativa, en un par de rampas le dio el aire de frente y por poco le da un mal. De todas maneras seguro que en el Tour más libre de responsabilidad y sin la extrema responsabilidad de defender un quinto puesto de la general dará tardes de gloria repartiendo guiños a diestro y siniestro como sabe hacer cuando pedalea sin presión. En el capítulo del debe, todo lo demás. Un Zakarin Abdul Jabbar que se metió la nata del siglo y que gracias a Alá se saldó únicamente con una clavícula rota para el cohete de Tartaristán.


El sputnik Firsanov que llegó al Giro con los depósitos de combustible medio vacíos. En la última semana hubo un conato de rellenado del tanque pero no fue a mayores y lo que parecía un top ten consistente se quedó en top thirty. Y el mencionado Bananito quien fue haciendo butrones varios en equipos ciclistas, incautos porristas y cocinas de restaurantes a lo largo de la geografía italiana. Cuando se cansó de pizza y pasta marchó para casa.

Lemus, con una capacidad para la copia que ni la tecnología china siendo capaz de hacer escuadras aceptables a base de estar la noche indicada en la barra de bar adecuada y poner las antenas en modo captura durante media hora. La Stasi era una broma en comparación con los métodos de este asesino de porras. Dejando ya muy atrás aquellos tiempos en los que configuraba el equipo con el dudoso criterio de poner nombres curiosos (sic) trufaba su plantel de franceses con apellidos parecidos a alimentos, miembros viriles o caballos de carreras. Salmon, Bagot, Pichot o Gallopin dan buena cuenta de ello. Lo terrible del caso es que a más de uno lo terminó haciendo internacional. Luego estuvo mucho tiempo decantándose por elementos bálticos que también tienen nombres divertidos como Navardauskas, Taaramäe o Joeäär... Pero desde cierto día pasó a la acción y cuando no le copia el equipo a Frai me lo copia a mí cuando no hace una mezcla de ambos. Esta vez utilizó esa aviesa táctica para encima hacerlo mal. 


El caso del inefable eritreo Kudus atiende a todos los requisitos antes mencionados para formar parte del plantel Lemus, nombre curioso de procedencia exótica con posibilidad de cierto brillo comentada en un determinado bar. Fue el único ciclista de todos los seleccionados en la porra que no hizo ni un miserable punto.

Manuel alias Cochi. Si Lemus tiene unas estrategias bien definidad la táctica de Cochi es clara, escueta y concisa. Elige un líder y lo arropa con sus lugartenientes. El año pasado le salió muy bien la jugada ya que aunque no eligió al vencedor final del Giro sí que tenía en sus filas al segundo y tercer clasificado. Se hinchó a ganar etapas con ellos y con sus gregarios y aquello se convirtió en una bola de nieve que cada vez se hacía más y más grande acumulando puntos por casi todas las categorías puntuables habidas y por haber. Fiel a la tradición esta vez Cochi eligió un líder, el Tiburón Nibali a la postre vencedor final de la ronda y lo rodeó de gregarios. 


En su contra jugó que a pesar de ser el único que eligió al Scualo este no carburó hasta bien entrada la tercera semana de carrera y el resto fue más un penar que un paseo triunfal. Además el resto de sus elegidos no acompañaban para nada teniendo incluso el cuajo de elegir a Rojas. Una elección que ni tan siquiera Frai perpetró a pesar de tratarse de un banesto (o reynolds o como se llamen ahora...)

Truli, tuvo mala suerte. Pertenece a ese nutrido grupo del Landismo-Dumoulinismo que se hundió en la parte baja de la clasificación y del que únicamente destacó Jose Luis por abrazar la nueva fe del Jungelismo. Continuó su selección con el tercer clasificado de la general y con el lord comandante del Muro, el bastardo Stark, el señor Nieve. 


Ganador de etapa y de la clasificación de la nevada montaña como no podía ser menos dada su condición de señor de Invernalia. Pero luego tuvo la mala suerte de seleccionar a tipos siguiendo los criterios antes apuntados del nombre curioso, la posible campanada o ser el hombre rápido de la maquinaria banesto. Pues eso, que tuvo mala suerte.

Nacho, tenía a Kittel que es como el ruso de Rocky IV. Esa máquina de ganar etapas del Giro de Italia cuando este transcurre fuera de Italia para marcharse a casa a los dos días de pisar la península itálica. 


Tenía a Brambilla Barandilla y al bueno de Colbrelli que de lo malo... pero ahí se terminaron las buenas elecciones. Lo demás fue dolor y rechinar de dientes. Uno de los que abrazó el ZakariDumoLandismo. Clavícula, forúnculo, cagalera. Un combo contra el que nada se puede hacer. Geniez y Fraile completaron el esperpento de retiradas y fracturas de huesos. Casi se podría decir que Nacho podría montar una agencia de extorsión y antes de crear los equipos llamar a los interesados avisándoles de que los ha elegido para su escuadra a no ser que desembolsen una considerable cantidad de dinero.

Juanillo, en el haber supo seleccionar a una buena pieza como el Puma Atapuma, ese depredador de las altas cumbres que se mueve con ligereza cuando los ciclistas superan los dos mil metros de altitud. Y a caramelos Majka que quieras que no siempre suma aunque no destaque sobremanera. 


En el debe queda todo lo demás. Si monta la agencia de extorsión junto a Nacho tiene un futuro muy prometedor ya que en otra porra a nivel provincial de quince seleccionados hizo marchar a su casa a diez. En la porra que nos ocupa además de ser adepto del ZakariDumoLandismo tuvo a bien confiar en la hormiga atómica Ewan y en Cancellara quien también marchó antes de tiempo para casa.

Julito, o como coger como líder del equipo a RigoGoGo Urán Urán. Junto a Caramelos conformó la pareja culoduro por antonomasia de la porra ya que nadie, absolutamente nadie, tuvo los redaños suficientes para depositar su confianza en un tipo como Pozzovivo Revientovivo el cual fue agonizando durante tres semanas por mantener un puesto entre los diez primeros de la general para hacer honor a su apelativo en la penúltima etapa y dejarse la friolera de tres cuartos de hora por el camino. Motivo que lo relegó al vigésimo puesto muy por debajo de sus expectativas iniciales. Muy por debajo incluso de la zona en la que se mueve como pez en el agua el amigo Maxime Monfort el Predecible. Un tío cuadriculado.

Jamás ganará una gran vuelta ni tan siquiera quedará en posiciones de privilegio pero si tienen que poner una mano en el fuego apostando que queda en la horquilla comprendida entre el 15º y el 17º pónganla sin miedo que no la perderán.

Joaquín, no sé qué puñetas hizo el bueno de Cana. Mira que llevamos años tragando ciclismo con el bueno de Cana siendo los frikis de esta cuestión en nuestras respectivas calles desde muy pero que muy temprana edad. Y mira que perpetramos cada mierda de equipo que a todos pone en espanto. Te lo digo con cariño, Joaquín, pero juntar a Roelandts (por mucho que este sea don Jürgen de la tormenta, pitera de los adoquines, señor de los vendavales y orgullo de Flandes), Agnoli, De la Cruz, De Marchi y Navardauskas no es de recibo. 


Seguro que la jugada iba por que el primero hacía de punta de lanza del Gorila Greipel hasta el final, el segundo brillaba en la montaña, el tercero brillaba y se lleva el maillot, el cuarto frisaba la zona de podio y hacía de Atapuma y el quinto se ponía en modo killer haciendo ondera banderas lituanas por doquier. Ni una, macho. Tanto ver bicis nos ha dejado para el arrastre.

Abi, sobre una buena base de valores seguros como Modolo y caramelos Majka añadió la mala fortuna del DumoLandismo. Un poco de promesa nacional del banesto que siempre viene bien y pocas veces hace nada así como un pitera como Danielito el pelagras Oss que es difícil que saque puntos a pesar de hacer más kilómetros en solitario que un servidor en una marcha cicloturista. Para acabar de rematar el desastre fue uno de los afectados por adoptar a Bananito además de confiar en un señor ya mayor como es el ganador de la edición 2013, don Ryder Hesjedal. 


Lo curioso del caso es que el único que tuvo a bien adoptar a Danielito pelagras Oss es el que luce unas maravillosas y frondosas pelagras en las patas cuando monta el velocípedo de andar deprisa. Cuanto menos gracioso. 

Héctor, hizo el equipo para luego poder ir a la cena de homenaje al ganador. Todo lo demás creo que le dio lo mismo. Tanto a quien eligió como en la última posición que quedó. Bien por él. Forma parte de esa parte del grupo que participa en la porra motivado por el zampe y esto de las carreras le va lo justo, ni punto de comparación con pedalear buscando cados de setas por las laderas de los montes. 


Es por eso que haciendo un equipo para el que no tengo palabras llegó al extremo de confiar sus dineros en un señor como Viviani el cual en la primera semana se debió de perder con dos compañeros más llegando a meta a 55 minutos del ganador. Sin embargo, a pesar de quedar último, ahí estará el bueno de Héctor para zampar y contar algaradas varias el día de la cena.

David-B, fuera de concurso y con la única motivación de quedar lo más alto posible de la clasificación general mundial David nos deleitó con este pedazo de equipo en el que no pega puntada sin hilo. El vencedor final, Tiburón. El vencedor moral, Krispis. 


Y el futuro vencedor, Bob(bobbob) señor del Jungelismo. Ulissi pletórico ganando etapas, Brambilla qué maravilla, el sputnik impulsado por Gazprom y el segundón Nizzolo. Con el único "lunar" del pobre señor de Tartaristán, el bueno de Ilnur que tuvo que plegar antes de tiempo.

En resumidas cuentas, un Giro apasionante junto a una disputada porra de la que habrá que dar buena cuenta en una cena cuando los señores dispongan. Hasta la próxima.



PD. Merhawi Kudus nació en 1994 y con 22 añitos supone un mérito formidable participar y terminar una vuelta de tres semanas. ¡Pero esperemos que para la próxima ocasión aporte aunque sea un puntito!

La Puertos 2016


Sabor agridulce el dejado por esta edición de la Puertos en el que disfrutamos del nuevo recorrido a la vez que nos topamos con la peor de las noticias a mitad de marcha.

La jornada pintaba muy bien, casi como nunca, a las 8 de la mañana nos encontrábamos en la línea de salida un nutrido grupo de Tuercepedales. David, Jesús, Héctor, Nacho, Juanlu, Pablo, Rafa G y un servidor. Abi que pululaba por diferentes grupos, el sr Ornitorrinco en posiciones delanteras y Santeta que se dejaba querer para una posible ascensión conjunta. De los habituales tan sólo faltaban Jordi y Truli, otro año será. Como viene siendo normal dentro de esta anárquica sección, cada cual iba disfrazado de ciclista como Dios le dio a entender. Igual que el ejército de Pancho Villa.

Dos equipaciones iguales, el resto diferentes
La salida fue fulgurante, especialmente la de David quien sprintando se fue a posiciones cabeceras, y a pesar de que no se llegó a sufrir en ningún momento sí que es cierto que se fue saltando de grupeta en grupeta en busca de un pelotón que nos llevara en volandas hasta Castejón. A mí me pareció encontrar ese pelotón por un par de veces pero los jabalines que tiraban delante está claro que no les pareció así. De modo que en uno de los repechos antes de llegar a Campo la escuadra tuercepedal se fracturó quedándome con Rafa y Juanlu rodando sin prisa.

De ese modo transcurrieron los kilómetros, apretando en el llano y las bajadas e intentando llevar un ritmo que no quemara a nadie en los repechos. Haciendo la consiguiente goma con Pablo y los navaleros y algún rato con Jesús. Y disfrutando de las vistas del congosto, un nuevo valor añadido para esta marcha, pedaleando por una zona por la que es muy difícil por no decir imposible hacerlo en otra ocasión que no sea esta. Por el carril izquierdo nos adelantó Luis, el hombre de la escuadra Ambar, como un crío con zapatos nuevos contemplaba absorto el río Ésera y el congosto.

Nacho en el congosto del Ventamillo
Poco antes de llegar a Castejón nos pararon a una buena parte del pelotón y allí nos reencontramos con Jesús y Santeta. Había habido un fuerte trajín de ambulancias por lo que imaginábamos que se trataba de alguna montonera o varias caídas en diferentes puntos al mismo tiempo pero jamás pensamos en lo que verdaderamente era. Al reanudar la marcha  atravesamos Castejón jaleando al numeroso público presente y gritándole "guapa" a las abuelas mientras los navaleros aprovechaban para echar un refrigerio en el bar.

Ascendimos el col de Fadas, un poquito con Santeta otro rato largo con Pablo, con Ballarín, con Luis y con más barbastros. Con un grupo de Sabi que llevaba la música incorporada y una moza que vestía de Tinkoff. Rafa y Juanlu pedaleaban por atrás, despacio pero seguro. Los de Naval que nos cogieron a mitad de puerto bien almorzados. Y Jesús iba sin cadena en búsqueda del avituallamiento. Fadas me dio la sensación de señor puerto, o señor col en este caso. Bonito, bien asfaltado, con sus vistas del Pirineo, de los pueblos que se van dejando atrás y su porcentaje sobrio y sostenido durante más de diez kilómetros con alguna dura rampa esparcida a lo largo de sus bonitas curvas. 

Pablo, Nacho y Héctor
Juanlu chino chano
Pensando que el avituallamiento estaba en la cima apreté cuando no debía llegando arriba con la reserva y con el estómago vacío. Desde allí 6 pesados kilómetros hechos a la velocidad que concede el tener un hambre canina. Y en Laspaules, además de reencontrarnos con Abi y Jesús, el ansiado avituallamiento que sin estar mal no era el que se celebraba otros años en Graus y que era más parecido a una boda que a un repostaje de líquido y sólido de una marcha cicloturista. Allí me entero de la espantosa noticia y del motivo por el que nos han retenido un rato antes. No está del todo confirmada pero está claro que ha habido un muy grave accidente.

Así es que con el cuerpo revuelto y el ánimo decaído seguimos adelante. Extremando la cautela más si cabe en el bonito descenso durante el que me encuentro con Juan, uno de los fieles seguidores de esta blog, y su hermano Luis con los que vamos charrando hasta llegar a la base del alto de Bonansa. Lugar donde alcanzamos a Nacho que se ha descolgado  como yo del resto de Tuercepedales aunque él bastante más tarde.

El alto de Bonansa es más corto que Fadas pero con un arranque más violento. De hecho todo él tiene un punto mayor de exigencia. El calor ayuda a incrementar la dureza y sus paredes de roca y túneles acompañados de curiosos pináculos le dan un toque agreste. Con Nacho vamos avanzando poco a poco, dejamos a la pareja de hermanos oscensegrausinos atrás y vamos superando a un señor holandés, a Rafa, a una señora holandesa. Vemos a Pablo al frente pero durante kilómetros nos es imposible alcanzarlo. Pasamos por Bonansa pueblo y admiramos la arquitectura del lugar, las bonitas marquesinas del bus y tomamos resuello para afrontar la última rampa antes de cima. Arriba el puerto se abre en una pradera a los lados con un bosquecillo al frente. Y allí están Javi y Raquel dando ánimos.

Héctor y Abi
Una señora de Holanda y Rafa soltando gas
Nachete y servidor
Arriba en el avituallamiento el propio Javi y la muchachada que nos atiende nos confirman la triste noticia. En un desgraciado accidente, el exciclista profesional David Cañada ha fallecido mientras hacía lo que más le gustaba, pedalear. Son las cosas que tiene esta puñetera vida y poco más se puede decir al respecto más que dar mucho ánimo y fuerza a la familia y amigos en este doloroso trance.

Tras intentar reponer energías y con el cuerpo aún más revuelto, inicié un cuidadoso descenso acompañado de Rafa. A pesar de encontrar alguna curva complicada y de los numerosos túneles, no me desagradó. El resto de Tuercepedales, quienes nos dieron ventaja parando más de la cuenta en el avituallamiento, nos rebasaron y aunque una vez pasado el cruce hacia las Vilas conseguimos conectar con ellos no tardamos demasiado en quedar relegados. Por delante quedaban unos 40 km y el viento soplaba de cara.

Jesús tirando en el llano
Tras rodar unos kilómetros sin forzar, consciente de que era imposible que yo solo consiguiera darles alcance y de que Rafa venía por detrás aún más descolgado, este se presenta con un nutrido pelotón con el que rodamos unos kilómetros sin dar pedales. Sin embargo al llegar al repecho de la Puebla el grupo se fracturó. Conseguí aguantar delante y aunque Rafa se quedó atrás, pensé que habría reagrupamiento así que me esforcé por continuar. No sé cómo en una pequeña bajada perdí rueda con el de delante. Primero un metro luego dos, tres... Durante unos kilómetros intenté conectar llevando al grupo a escasos cuarenta metros y cuando en uno de los repechos no lo logré desistí de intentar coger el tren puesto que o lo cogía en una subida o en bajada era imposible.

Vagué un buen rato solo, solo con un mozo de Caspe, y con el de Caspe, sus dos compañeros a los que dimos caza y dos más de Zaragoza. Cuando la grupeta estaba más o menos definida y enfilábamos la carretera de Capella, en el km 120 de marcha la rueda de atrás pegó un petardazo formidable que por suerte sólo se trató de reventón de cámara. Me detuve junto a unos comisarios UCI del lugar quienes relataban por el teléfono a la parienta que "ahora ha parado al lado un zagal que ha punchao". Y mientras desplegaba el tenderete para reparar el pinchazo y apareció un pelotón en el que rodaba tranquilamente Rafa quien muy amablemente paró, junto a Roberto un amiguete que se había echado, a ayudar a cambiar la rueda.

A cambio de unas cuantas cervezas Rafa completó la operación y ya desde allí rodamos lo más deprisa que supimos los tres solos hacia la meta. "Temiendo" ser los últimos de la marcha cruzamos la meta en algo más de 6 horas, dato que es lo de menos. Un año más repusimos fuerzas con los raviolis de las abuelas de Graus y nos reencontramos todos los Tuercepedales. Aunque esta vez el momento quedó empañado por el horrible suceso ocurrido a primera hora de la mañana. Que allá donde esté David Cañada, descanse en paz.

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