domingo, 1 de diciembre de 2013

Cuesta abajo hasta la mierda corre

Hoy me he levantado moderadamente temprano. Como ayer no trasnoché y la salida matinal para correr se torció, he mirado por la ventana y al ver que hacía solete me he abrigado de arriba a abajo (llevo toda la semana pasando muchísimo frío en el trabajo, así es que aunque luzca el sol me tapo con varias capas) y me he ido hacia el Pueyo.

El Pueyo, es una de las salidas más agradecidas que puede haber por la redolada. Si bien por la distancia y el desnivel hasta hace unos años la salida en cuestión solía hacerla caminando o en bici, de un tiempo a esta parte le he cogido el tranquillo a hacerla corriendo. Corretear por ese camino entre carrascas y oliveras contemplando Cotiella y el Turbón nevados es muy agradable. Además, como se parte de unos 350 m y se asciende hasta los 600 m, la vuelta se hace volando. La subida es durilla pero como ya he comentado, las vistas lo compensan.


La semana que viene tiene lugar la Castillazuelo - El Pueyo. La distancia y el desnivel son algo menores a subir desde Barbastro, y se llanea bastante más, pero por contra tiene un par de rampas más exigentes. La subida desde Barbastro es más continua, al menos para mí gusto, así es que tanto me da subir desde un lado que desde el otro y como la semana pasada ya subimos desde Castillazuelo, hoy he tirado desde la cruz de Santa Bárbara por cambiar. La semana pasada y esta han sido de prueba para la que viene. No han ido mal pero a ver qué percal ocurre la semana que viene. Es ponerme un dorsal y pasarlas más putas que Caín...

Como he dicho, me he levantado temprano pero no lo suficiente como para desayunar en condiciones, reposar un rato y salir a correr. Así es que como la mañana se me echaba encima, me he enchufado tres galletas maría, un vaso de agua y he salido a trotar. Mal hecho, ya lo sé, pero sin nada en el cuerpo no funciono y a desayunar como es debido no me daba tiempo.

Primer km en 5'53", segundo km en 6'14"...

Total, que por la subida de las Aguas ya iba cascadete, situación que se ha prolongado hasta coronar en la tercera cruz del camino, hacia el km 2. A partir de ahí la bajada, las vistas del Pirineo nevado y los abuelos vareando aquí y allá las oliveras me han templado bastante el cuerpo. Mal que bien he ido cara arriba aunque sentía una acuciante sensación de vacío en las tripas.

... tercer km en 5'47", cuarto km en 5'40"...

Así es que al llegar a la ermita de San José y la placeta del Sol en el km 4,5 y aprovechando que esos tramos de carretera se empinan hasta el 10% de pendiente, he seguido chino chano caminando y me he apretado un pastelito del Mercadona que había echado al bolsillo. También mal hecho. Ya sé que comer mientras se corre puede causar un torzón de tripas bastante elegante o cuanto menos algo de flato, pero cuando hay hambre...

... quinto km en 7'38"...

Al llegar arriba, y mientras iba rodeando el monasterio, he ido sacando algunas fotos, sin prisa. Sonaban las campanas, así es que debía de haber misa. 

... el sexto km ha salido a 12'20", con la calma...


He guardado la cámara, me he ajustado bien el gorro y la braga y he decidido que igual era hora de zumbar cara abajo un poco porque  total cuesta abajo hasta la mierda corre. Por la placeta del Sol me he tenido que echar más de la cuenta hacia el arcén, ya que alguien subía escopeteado con el coche porque debía de llegar tarde y no le salía de los cojones arrimarse hacia su izquierda. Pues eso, espero que le haya aprovechado la misa.

... séptimo km en 4'42"...

Toca "llanear" un poquito, siempre picando ligeramente hacia abajo. Me ha empezado a entrar un poco de flato, algo totalmente normal si tenemos en cuenta el viaje que me he enchufado subiendo. Menos mal que he visto al padre de un amigo que estaba liado cogiendo olivas y con la excusa he parado dos minutos a charrar y a coger aire (el crono también ha parado a descansar). Aún así ese tramo ha salido ligero...

... octavo km en 4'50"...

Pues ya que estaba y por lo que quedaba he decidido seguir igual hasta abajo. Y así, esquivando algún grupo de señoras que bajaban tranquilamente caminado y que ocupaban todo el ancho del camino, facultad digna de estudio según la cual tanto si son dos, cuatro o un número indeterminado se expanden a lo ancho de la vía como si de un gas en un recipiente se tratase, he ido completando los últimos kilómetros...

... noveno km en 4'45", ¡décimo en 4'35" y undécimo en 4'34"!...

Estas velocidades, y más en bajada, son absolutamente normales para muchos corredores y/o runners. Pero para mí eso es correr, y mucho. Total que al final han salido 11,5 km en 1 h 10'. La subida se ha hecho de aquellas maneras y parando para repostar pero la bajada posiblemente sea la más rápida de siempre, lo tendré que comprobar. 

De todas maneras, esto de apretar el ritmo uno lo hace cuando sale a correr solo. Esta semana entre pitos y flautas no ha habido quedada y por eso no se ha salido en grupo que es lo que está bien, ya que el ritmo es muchísimo más sosegado y al final hay un merecido almuerzo que es lo mejor de todo. La semana que viene será diferente. Iremos más rápido o más despacio pero seguro que al terminar un par de trozos de longaniza no nos los quita nadie.

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