martes, 10 de febrero de 2015

Una vuelta por Isaba


Y con esta etapeta queda finiquitado el resumen de perfiles y rutas Tuercepedales de 2014 ofrecido en este engendro de blog a imagen y semejanza de nuestra querida TeleTenis. La cadena pública aprovecha las fechas navideñas para emitir lo mejor del año, y aquí intenté hacer algo semejante aunque al final el resumen se ha alargado algo más en el tiempo.

Como colofón aquí va la ruta donde los Tuercepedales dimos lo mejor de nosotros mismos (y lo peor y todo, lo dimos todo). Una vuelta por los alrededores de Isaba para hacer hambre antes de ir a zamparnos un bocadillo de chistorra en la Venta de Juan Pito, nosotros somos así.

Esta preciosa ruta parte de la villa de Isaba situada en la vecina Navarra. Enfilando la carretera que se dirige a Uztárroz se van ganando metros de manera suave hasta que se alcanza el bonito alto de Laza. Sus retorcidas curvas de asfalto impecable nos llevan a través de un tupido bosque a coronar a escasos 1100 metros después de unos tres kilómetros de ascensión.

Tras un rápido y limpio descenso el horizonte se abre para contemplar el imponente puerto de Larrau. Verdes prados con escaso arbolado donde pega de vez en cuando duro el viento pero bonita, muy bonita y agradable ascensión. Los kilómetros al 7% se devoran con relativa facilidad y paciencia hasta que se corona en la frontera con Francia a unos ya respetables 1600 metros que serán descendidos casi en su totalidad en un descenso absolutamente infernal con rampas del 14% de asfalto malo plagado de baches, mierdas de vaca y ventoleras venidas del inframundo.

Como no hay mal que veintipico kilómetros dure a 200 metros sobre el nivel del mar se alcanza otra vez la paz de espíritu  llaneando un poco antes de acometer una de las mayores salvajadas que se puedan realizar en los Pirineos montando una bicicleta: la ascensión de La Pierre de Saint Martin.

25 km de puerto. El principio suavecito, el final duro, lo de enmedio directamente no tiene nombre. Se puede explicar y de hecho ahí está la crónica del día de la Pax Avant, pero la sensación anímica y física que provoca enlazar kilómetro y medio de rampas al 13% con el sol pegando fuerte en el cogote o empezar un kilómetro marcado al 9% de media en el que los primeros 300 metros son en bajada... en fin. Semejante sufrimiento tan sólo es comparable al gozo que da verse devorando rampas y alcanzar el cartel de la cumbre. 

Tras coronar a 1800 metros sobre el nivel del mar y entrar de nuevo en Navarra, hay un descenso de carretera ancha y nuevecita, de trazado algo caprichoso con alguna curva de 360º a modo de scalextric y algún que otro túnel en el que el imperante viento en contra se vuelve mucho más agresivo.

Sin embargo, todas estas penurias con descensos, vientos, ascensos y demás historias tienen su digna recompensa en la memorable Venta de Juan Pito. Un lugar muy recomendable para acudir por el mero hecho de pasar un buen rato comiendo con unas magníficas vistas y que realza aún más si cabe su valor parando a repostar en plena marcha cicloturista

Desde allí terreno favorable para pegar el último arreón hasta Isaba y finalizar esta pequeña gran vuelta con 100 km de recorrido y unos 2400 m de desnivel positivo.


El Coloso de la Etapa: La Pierre de Saint Martin

Longitud: 25 km (por Santa Garazi)
Desnivel +: 1460 m
Pendiente media: 6% con rampas al 13%
Coeficiente de dificultad: 378




martes, 3 de febrero de 2015

Con perretas, chufletas


La última entrada en la que se alababa el golazo metido por Cañellas en los cuartos de final del Mundial de Balonmano parece que sirvió de gafe en los siguientes partidos de la selección. Repetir la gesta de hace dos años ya se sabía que era difícil pero no era un imposible y más tal y como se estaba quedando el cuadro de semifinales. Si se superaba el gran escollo de Francia una final contra Polonia parecía asequible, nada más lejos de la realidad.

Para empezar lo de Francia no fue un gran escollo sino El Escollo. Se hacen viejos pero no importa, es una selección invencible y más cuando los árbitros pitan a su favor. Lo que en un lado del campo eran golpes francos en el otro eran exclusiones o siete metros y cuando esta regla no se cumplía ahí estaba Omeyer para detenerlo casi todo. Imposible de esta manera el vencerles.

De todas maneras en la otra parte del cuadro la cosa todavía fue más gruesa. La selección de asimilados, aprehendidos, naturalizados, residentes, estatalizados, venidos y sobrevenidos del Emirato de Qatar se impuso a la selección polaca ante todo pronóstico, o al menos ante todo pronóstico ajeno al de los señores árbitros y la IHF. Porque ya se sabe que poderoso caballero es don dinero o como se dice por estos lares: con perretas, chufletas.


Mérito el de Valero Rivera, entrenador de Qatar, el haber montado semejante tinglado en menos de dos años ensamblando un equipo digno a partir de buenos jugadores aunque no superestrellas. Sin embargo parece que los dineros que no se llegaron a gastar en nacionalizaciones fueron a parar a la bolsa arbitral porque menudo despropósito el de la semifinal, los polacos desquiciados terminaron aplaudiendo a los colegiados después de ver cómo les defendían pisando línea de seis metros en repetidas ocasiones o les metían goles pisando dentro del área en un todo-vale monumental.


Por último la final puso algo de cordura a todo este sindiós con victoria merecida para Francia y en el partido por el tercer puesto venció el equipo que menos desquiciado estaba después de un viernes un tanto negro. Nos quedaremos con el golazo de Cañellas y esta selección de goles del Mundial para quitarnos el amargor, que los disfruten. Al año que viene en el Europeo, más.



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