miércoles, 30 de diciembre de 2015

Ibón de Plan

Por extraño que pueda parecer hasta el verano pasado todavía no había subido a tan famoso lugar conocido también como la Basa de la Mora. Ni por la vía fácil ni por la difícil, ni caminando ni en coche. Jamás. Así es que un día de los que mi amigo Lemus propuso ir un sábado por la mañana a caminar cara arriba para preparar la trail de Guara tanteé la idea de ir al Ibón y la cosa coló.

Fue una caminata interesante ya que aparte de conversar acerca de lo divino y de lo humano el señor Lemus que marcaba el ritmo me hizo sudar la gota gorda. Después del verano a la bartola que me casqué tenía alguna duda sobre si participar en la trail era una buena idea pero con Zapador marcando el ritmo (esta vez no sé qué perseguía si estábamos prácticamente solos en el camino) la subida se hizo a cuchillo y la bajada resultó ser aún peor.

La rodilla derecha que venía romanciando desde hacía unas días sólo hizo eso, romanciar, así es que después de la tunda siguiendo a semejante jabalí supe que la trail sería un paseo.

El Ibón me gustó aunque nada que ver con los lagos de Oredon de los que hablaré en otra entrada. Imagino que en Invierno la Basa la Mora debe de ganar muchos puntos y espero poder engañar a alguien en los próximos meses para comprobarlo. Así y todo es un sitio imprescindible y al que hay que subir. Nosotros subimos desde Plan pronto por la mañana y fuimos protegidos del sol durante mucho rato. Es una caminata en la que no se pasa mucho calor debido a la vegetación y a la orientación de la ruta.

Arriba como ya he comentado el ibón tampoco me llamó mucho la atención y nos dio bastante más faena el circo que lo rodea con esas áridas pedrizas que parecen llevar a la nada pero que por algún punto deben de conducir a Cotiella. Precisamente sobre eso debatimos durante el almuerzo, con los sólidos argumentos de aquellos que en realidad no tienen ni idea pero se aventuran a señalar esa o aquella vía como el camino más probable.



Apunte nº 1: si se hace esta excursión en verano, llevar bañador. Por la mañana hará frío, durante la subida no hará excesivo calor pero tal y como se vaya bajando Lorenzo saldrá a jugar. En Plan hay una bonita piscina a la que hacer aprecio y en todo caso está el río.

Apunte nº 2: si se tiene idea de comer en el pueblo cerciorarse antes de que no tengan en el restaurante algún evento de la BBC. Y no me refiero ni a la excelente cadena de radiotelevisión británica ni a la panda de consentidos que perpetra en la empresa dedicada a vender camisetas conocida hace muchos años como el Real Madrid de fútbol. Me refiero a bodas, bautizos y comuniones que pueden tener el restaurante hasta los topes y tener que desistir de comer en el pueblo.

Apunte nº 3: para todo lo demás siempre queda Escalona o Labuerda para zamparse una tostada de jamón con queso y setas y tener que dejar el entrecot de segundo a mitad porque la tripa está a punto de reventar. Ir de excursión por tierras del Sobrarbe y no terminar con una buena fartera es casi imposible.


martes, 22 de diciembre de 2015

Giro de la Fueva

Hoy, día de la Salud y pistoletazo oficial de las Navidades, este modesto blog comenzará un repaso de las rutas Tuercepedales y caminatas o correrías más destacadas del año 2015 y que se quedaron sin explicar por falta de tiempo, ganas o ambas cosas.

La primera de ellas nos lleva al Valle de la Fueva, en una vuelta para ir chino chano disfrutando del paisaje y sobre todo la tranquilidad de esas carreteras.


Partiendo de Tierrantona en dirección a Palo se coge a los pocos kilómetros el desvío a Troncedo. El puerto que une La Fueva con la Ribagorza alterna tramos suaves con otros más complicados aunque en todo momento resulta bastante agradable su ascenso. Es pasado el pueblo de Formigales que la cosa se pone seria con aproximadamente tres kilómetros al 7%.



Según la señal de la carretera el porcentaje es más elevado pero por el desnivel subido parece más exacta la pendiente del perfil. En todo caso la carretera es estrecha y según se avanza se tienen buenas vistas de la peña Montañesa a la cual dejamos atrás. El día que fui en agosto hacía fresquete y chispeaba y una vez llegado a Troncedo tuve que parar a resguardarme ya que la lluvia empezó a caer fuerte. Aproveché para comer algo y ver la torre del Castillo.

Una vez medio escampó decidí volver sobre mis pedaleadas y tomar el desvío a mano izquierda que conduce a Trillo y Salinas de Trillo. Básicamente son unos 4 km de bajada por donde no pasa casi nadie. Antes del desvío hay pocos coches, después del desvío las curvas de la carretera están llenas de agujas de pino de varios días. Parece menos transitada aún.



Tanto en Salinas como en Trillo hay iglesias románicas. Pequeñas pero chulas. En Trillo se me acabó la carretera (o al menos eso me pareció) así es que otra vez volví a dar media vuelta no sin antes saludar al perro que custodia la entrada de tan tranquilo pueblo tumbado en mitad de la carretera. En Salinas había algo más de movimiento con una familia de turistas viendo a un paisano acicalando a un caballo. Hay que hacer notar que la rampa que une ambos pueblos es terrible pero pedalear por esos lugares merece la pena.

Una vez pasado Salinas de Trillo la subida tiene también dos tramos criminales pero con tiempo y paciencia seguro que cualquier tuercepedal que se precie irá devorando esas curvas distraído con las vistas que se le ofrecen.


De vuelta al puerto que sube a Troncedo toca descender hacia Formigales y retornar a la carretera Palo-Tierrantona esta vez en dirección a la capital fovana. Como aquel día de agosto iba sin rumbo fijo y aún iba bien de tiempo cogí el desvío a mano derecha que hay antes de llegar a Tierrantona.


Carretera en ligero ascenso que conecta con Buetas, Solipueyo y Rañín. En el primer pueblo me encuentro la Peña Montañesa con una boina de nubes bastante importante, en el segundo a un ternero haciendo las funciones del perro de Trillo y en Rañín paro a ver la iglesia. Bastante apañado el pueblo, por cierto. No encontré la carretera a Humo de Rañín así es que di media vuelta hacia Tierrantona dando por finalizado el Giro de la Fueva.

Ideal para desconectar, pedalear chino chano y hacer paradas diversas. Creo que salen unos 45 km pero eso ya es lo de menos.

domingo, 13 de diciembre de 2015

Una mañana en Castillazuelo


Un año más acudí a la indeludible cita con las cuestas del Castillo y el monasterio del Pueyo. Es una carrera llena de sorpresas desperdigadas por el camino ya que la subida tiene bajadas y la bajadas alguna que otra subida. Siempre es una carrera agradable de participar aunque este año el tiempo excesivamente caluroso marcó la prueba, al menos en mi caso.

Donde antaño había mallas largas, gorros y guantes este año hubo camisetas de tirantes y pantalones cortos. Nada de niebla y un cielo totalmente despejado con algo de viento que aplacó en parte el no muy habitual calor de principios de diciembre. El resultado fue que invertí 7 minutos más que el año pasado para realizar el mismo recorrido llegando a meta aún más cansado. A mitad de la subida desconecté, más de lo que lo hago habitualmente, de todo tipo de afán competitivo y me limité a completar el recorrido sin reventarme demasiado.

Al menos semejante calor sirvió para que el numeroso público congregado en la plaza del pueblo disfrutase de las carreras infantiles y del tiempo de espera entre la salida y la llegada de los mayores sin pelar palomos como es lo normal otros años. Al margen de la carrera la cual tampoco tuvo mucha historia al margen de que ya en el segundo kilómetro creí cocerme dentro de la muy mal elegida camiseta térmica, me gustaría destacar un par de hechos curiosos que tuvieron lugar.

El primero de ellos tuvo que ver con el numeroso público presente y que como ya se ha mencionado dio mucha animación a la plaza. Es muy de agradecer y siempre es bueno que este tipo de pruebas conciten atención pero todos deberíamos ser conscientes de que los recorridos de las pruebas así como las zonas de salida y llegada deberían ser sagrados.

En una de las carreras infantiles, dos niñas se disputaban la victoria en un ajustado sprint. Todo lo ajustado y al límite que se puede desarrollar a esas edades y eso es decir mucho ya que no suelen medir y la línea de meta es lo único que ven. Pues bien, un reportero y un padre se encontraban plantados justo en la línea de meta para sacar la mejor de las fotos del evento.

Y pasó lo que tenía que pasar en tales circunstancias, que una de las crías acabó medio empotrada contra una de las personas que estaban donde no debían estar. Fue más el susto que otra cosa pero fue una situación evitable si la meta hubiera estado como tiene que estar, despejada. Tras el revuelo acudió uno de los responsables del club a despejar la zona dejando bien claro que nadie que no fuese juez de atletismo debía colocarse allí. Y lo expresó de manera muy clara y muy alta, quizás perdiendo las formas pero asistido por toda la razón.

Me quedé con el detalle de que uno de los jueces, uno de esos que lleva más de treinta años dando el callo en crosses, medias maratones y pruebas de pista a lo largo y ancho de la provincia; uno de los que si llega a presenciar semejante algarada hace veinte años hubiera despejado la zona de idéntica forma o muy posiblemente mucho peor echando sapos y culebras por la boca; uno de esos jueces que llevan media vida haciendo una labor desinteresada por el atletismo local y que ya iría siendo hora de que les fuéramos dando el relevo en tales labores para que puedan asistir a las carreras como meros espectadores; uno de esos jueces al que siempre tuve tanto cariño como respeto por sus airadas reacciones espetó entre dientes y con una sonrisa en la boca: "ya era hora, ya era hora de que alguien pusiera un poco de orden".

Del otro detalle me enteré al día siguiente de la carrera y en las fotos del periódico se puede contemplar. Al parecer varios atletas, por denominarlos de alguna manera puesto que ese término engloba muchos más detalles que el mero hecho de correr, tuvieron la feliz idea de disputar la carrera sin inscribirse y sin dorsal. No estamos hablando de que una persona decidiese unirse a la carrera durante algún kilómetro a mitad de recorrido acompañando de manera anónima a algún participante. No.

Estamos hablando de gente que representando a un club tuvo el cuajo de ponerse en línea de salida, disputar toda la prueba y pasar la línea de meta. Para mí esto sí que es una verdadera falta de educación y no tener formas de ningún tipo. Una falta de respeto para con todos los que sí pagamos el dorsal y los organizadores de la prueba. Lamentable.

Al final, el responsable del club terminó hablando con el reportero disculpándose por las formas empleadas en el desalojo aunque tenía toda la razón. Espero que el rapapolvo sirva para que todos tomemos conciencia de que en las carreras lo más importante son los corredores, nunca hubo nada más. Y que si un juez ordena que no estar en una zona o no rebasar una cinta pues no se rebasa y no se entra en esa zona. Punto. Y respecto a los jetas que decidieron no pagar dorsal no sé qué pasará con ellos. Francamente, yo lo tendría muy claro. Las carreras no necesitan ese tipo de corredores.

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