jueves, 3 de julio de 2014

¡Se viene Colombia!


¡Se viene Colombia! si uno ha visto partidos de este Mundial por Univisión mexicana o por la televisión argentina, le sonará la frase. Los comentaristas de más allá del charco son otro mundo, llenos de sapiencia y con un ritmo a la hora de narrar los partidos magistral. Casi como los de aquí, para reír por no llorar.

Hay mucha gente a la que el Mundial de fútbol que se está disputando en Brasil le está defraudando. Dicen que los equipos están llegando fundidos físicamente y que las supuestas sorpresas que han ido apareciendo no son sino consecuencia del calendario perpetrado por Uefa con vistas a estrujar lo máximo posible la gallina de los huevos de oro desde agosto hasta junio exigiendo a los grandes clubes jugar dos partidos por semana.

Coincido en que la Uefa debería cambiar su modelo, reducir el número de equipos en las ligas de hasta 16 ó 18 como máximo, instaurar la obligatoriedad de las competiciones de copa a partido único y aligerar el calendario de Champions. Pero no pienso que esté siendo un mal mundial como se dice. Los que han caído lo han hecho con todas las de la ley, al final el calendario es el mismo para todos, no así el modo de encarar las concentraciones previas al Mundial, algo que compete a cada país y que en nuestro caso se ha hecho mal.

Volviendo al tema, un mundial de actuaciones portentosas de los porteros y en que a la vez se están viendo muchos goles no puede ser malo ni aburrido. Existe gente enferma de la táctica que disfruta viendo un 0-0 ó un 1-0. Yo no. El fútbol no consiste sólo en que no te metan goles, consiste fundamentalmente en meter más que el rival. Y en este sentido España contaminó el juego venciendo el último Mundial (para mí, ese sí, paupérrimo) practicando un juego resultadista a más no poder que se denominó tiki taka pero que no fue más que un catenaccio inverso en el que se escondía el balón al rival pero luego no se atacaba para matar el partido y en el que si hubiera existido la regla de pasivo como en balonmano los árbitros hubiesen roto los silbatos.

Este Mundial es diferente. Los equipos buscan portería, marcan, y van a buscar el segundo gol. Larga vida a este tipo de juego que jamás debió morir. Los partidos de cuartos de final se presentan divertidos y muy abiertos, ahí va mi pronóstico.

Argentina en versión México '86, un genio como Messi y su escudero Di María lideran un batallón de torpes. Llegarán donde quieran o puedan esos dos jugadores o les permita Bélgica. Llamada a ser la próxima dominadora del fútbol mundial juegan mucho mejor desmelenados que intentando emular el fútbol desangelado de la última época de la gloriosa España ya caduca. Su triunfo ante una digna USA que bordó el juego por bandas así lo atestiguó. Quisiera que pasase Bélgica y si juegan como en octavos muy mal se les tiene que dar, pero Messi es mucho Messi.

Costa Rica, una de las sorpresas agradables de la competición. Ofrecieron una imagen pobre ante Grecia en octavos pero la fase de grupos fue un festival. Su partido ante Italia, memorable, presionando la salida del balón como si no hubiera un mañana. Aún así complicado lo tendrán para superar a Holanda versión contragolpe. Con algo de fortuna ante la corajuda México se plantó en cuartos esta joven selección en la que todos defienden como perros para darle los balones al bueno y salir a matar en cuanto pueden. Y el bueno es muy bueno pues no es otro que Robben. Pese a la ilusión tica, Holanda tiene muchos números para pasar.

Francia y Alemania jugarán uno de esos duelos con sabor antiguo. La patada a Battiston en el '82 es uno de los momentos de la Historia del fútbol. Curiosamente esta vez se han invertido en cierto modo los papeles a los que nos tenían acostumbrados estos equipos. Alemania está plagada de estilistas faltos de sangre en las venas dirigidos por un entrenador encantado de haberse conocido e influido por los últimos estertores del guardiolismo más rancio que le empuja a poner a Lahm de mediocentro. Herejía. Francia es todo fuerza, pegada y presión. Y algo de suerte, también. Quizá su partido ante Suiza sea el mayor baño del Mundial. Pero Alemania cuenta con Müller, un futbolista de los de antes, de medias bajadas, de los de chutar desde fuera del área y cambiarse de banda cada dos por tres desquiciando al cuadriculado de su entrenador. Quisiera que pasase Alemania y de hecho confío en que comiencen a carburar y dejarse de tikitaken. Pero Francia está muy bien.

Y Brasil-Colombia. La cicatera anfitriona, repelente incluso cuando escucha el himno. La gran mentira del jogo bonito. Desde el año '82 esa selección no ha jugado bien a fútbol savo breves y honrosos lapsos de tiempo. Han vencido pero no han convencido y lo de ahora es el culmen de la involución brasileña. Tristisimo. Pero ahí está Colombia para poner cordura y alegría en este caso. Qué manera de jugar y qué manera de celebrar los goles. Ese equipo es una fiesta y se nota.


Justo lo contrario que España de la que no quiero hacer más leña puesto que bastante nos dieron todos estos años, cosa que es de agradecer. Pero hay que saber marchar de los sitios cuando ya no se vale, y además si una selección se ha de concentrar un mes en un sitio, es mejor hacerlo en uno en el que haya playa y haga calor a hacerlo en otro en el que llueve y hace frío. Porque estos de España gastaban en los entrenamientos todos un morro fiemo...

Pero Colombia es justo lo contrario y además están liderados por el hasta ahora jugador del Mundial que no es otro que James. Dicho así, no Yeims, sino James. Qué grande es, cómo flota por el campo y cómo dispara el balón. Y cómo gambetea el extremo Cuadrado. Esto es fútbol. Ya nos lo han robado demasiado tiempo con los experimentos del tiki taka. No se lo dejen morir otra vez. Hagan juego, señores.

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