martes, 14 de enero de 2014

Alimentación e hidratación


La semana pasada me apunté a la marcha cicloturista "Puertos de la Ribagorza". La prueba, el 31 de mayo. El objetivo, lograr pasar antes de la hora de corte por el cruce de Villacarli y poder enfilar por el recorrido largo. ¿Lo conseguiré? no lo sé. Lo interesante será intentarlo. Para ello deberé coger la bici ya y no soltarla hasta mayo, aunque de momento entre semana lo tengo imposible así es que de momento seguiré yendo a correr y a nadar y cruzaré los dedos para que a partir de marzo no llueva mucho para poder salir a pedalear.

Por otra parte, un aspecto importante a la hora de encarar objetivos deportivos es no descuidar nuestra alimentación así como mantener una correcta hidratación. Por ello este pasado fin de semana decididí alimentarme e hidratarme conveniéntemente.


El viernes por la tarde llevaba idea de hacer unos largos en la piscina cubierta. Sin embargo al llegar allí me di media vuelta debido a que no me apetecía compartir las dos calles que la natación y la sincronizada habían dejado para el resto de usuarios con 6 personas más. Cualquier otro día me hubiese dado lo mismo pero llegar el viernes cansado del trabajo y tener que pegarse codazos nadando no me hacía ilusión. Así es que me fui a hidratar con los amigos.

Tres o cuatro cañas con limón después se decidió ir a cenar una comida altamente proteica. Hamburguesa con queso y pan con tomate. Para bajar la cena, un helado de chocolate blanco y a dormir.

El sábado fue la sesión de alimentación con mayúsculas. De cara a los entrenamientos invernales es recomendable aportar al organismo altas dosis de proteinas e hidratos de carbono. Así es que encaminé mis pasos hacia La-Villa-Jamás-Conquistada, la muy noble y muy leal villa de Naval para degustar un maravilloso almuerzo en el bar del pueblo junto a Toño, Héctor y Nacho.

Mientras en la tele emitían la reposición del programa "Comando Actualidad" dedicado al culto al cuerpo, los allí presentes nos dedicábamos a algo parecido. Mientras por la pantalla iban desfilando culturistas, concursantes de certámenes de belleza, gente haciéndose operaciones estéticas... e incluso un trocito de la Behobia de este año, nosotros nos apretábamos unos huevos fritos con longaniza y un café. Vino no, que había que salir a caminar después.

Después de eso, caminata hasta la Virgen de los Dolores con la niebla de compañera. Curiosa compañía por esos lares, acostumbrados a ver brillar el sol mientras en el llano la boira nos cubre. En cualquier caso agradable paseo hasta la ermita para hacer sonar la campana, sacar una foto para verificar que la jactanciosa frase que tanto les gusta soltar a los navaleses alardeando de que "En Naval nunca hace niebla" es mentira y cara abajo otra vez. En total, poco más de 6 km muy tranquilos en 1h 40'.


Campana de la Virgen de los Dolores; al fondo, ENTRE LA NIEBLA, la villa de Naval

Al volver a Naval, preparación de brasa y viandas varias para degustar unos hermosos chuletones de ternera a la brasa, con patatas asadas, alioli y paté. Todo ello regado con un tinto de Viñas del Vero. Una dura prueba para el estómago, ejemplo de titánico esfuerzo y tenacidad para terminar todo.

El Chuletón; el emplatado nos lo tumbarían por feo en Master Chef pero nos da igual

Esta vez he de decir que se me hizo cuesta arriba, a lo mejor el almuerzo tuvo algo de culpa. A mitad de chuletón iba chemecando como si estuviera subiendo una rampa del 10% con la bici, así y todo es necesario sufrir de este modo y tomárselo como un entrenamiento de fondo y no reblar. Tras enchufar el medio kilo de carne al cuerpo y tras diez minutos próximos al colapso en los que el riego sanguíneo no daba abasto, unos chupitos de crema de orujo y un poleo. Después un paseo hasta la antena repetidora de Salinas para ir favoreciendo la digestión, en todoterreno eso sí, que para caminar no estábamos en esos momentos.

De allí, vuelta a Barbastro a darse una ducha reparadora y a merendar un poco. Tras perder el tiempo viendo un insulso partido de fútbol en el que se disputaban el liderato de la Liga pero que no me supo a nada y en el que tuve la impresión de perder dos horas de mi vida frente a un televisor, encaminamos los pasos hacia el restaurante ganador de la mejor tapa de Aragón del último año. Tras degustar una contundente tapa de queso brie con morcilla se decide terminar la jornada cenando, no fuese a ser...

Y acabamos enchufándonos un bocadillo de calamares con alioli, pequeño eso sí, y un helado almendrado para redondear la jugada. Con semejante base en el estómago creo que podría haber salido hasta las 8 de la mañana y beberme medio bar sin cantearme, sin embargo decidí marcharme a casa a dormir como un bebé bien empapuzado de comida. 

El domingo marché por la mañana al cross de Fonz a ver a dos de mis sobrinas correr. Alguna estaba más pendiente de unos caballos que había en la zona de meta y de ir a verlos cuando terminasen de correr que de la carrera como tal, eso sí que es correr feliz y despreocupado y lo demás tonterías. De mayor quiero ser como estos críos.

Aparte había varios CAB's que corrían en la categoría absoluta y mientras calentaban preguntaron que si yo corría... 
Pues hombre, otro día a lo mejor me animo pero cuando no me haya pegado un fin de semana semejante de alimentación e hidratación porque si no... ¡a la primera vuelta me veo echando hasta la primera papilla!

2 comentarios:

  1. Estos findes sí que son duros... que sepas que la niebla la trajiste tú. Desde esa tarde ya no ha vuelto. Que quede constancia.

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  2. Bueno, pues no sé quien la trajo. Pero niebla había y para eso está el impactante documento gráfico de la boira en el pueblo en el que NUNCA hay, estoy por enviársela a Iker Jiménez.

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