lunes, 3 de febrero de 2014

Embescada

Ya me han embescado. Pero una embescada buena. Toda aquella persona nacida o criada en la zona de Aragón habrá comprendido las dos primeras frases a la perfección. Por si algún incauto lector es de otras tierras (que me extrañaría pero vaya usted a saber) explicaré el término embescar lo mejor que sepa.

En tiempos, desconozco si ahora es legal aunque lo dudo bastante, en esta zona se practicaba la caza de pequeños pájaros como jilgueros, cardenales o cardelinas para su posterior venta o para tenerlos en casa disfrutando de sus trinos y cantos. Para ello se utilizaba un árbol de pega al que se daba el nombre de postizo. En él se insertaban diversos palos que hacían la función de ramas y que recibían el nombre de verguetas. Y estas ramas eran untadas de un material pegajoso en el que los pobres pajaretes quedasen presos al acudir víctimas de los cantos del reclamo. Pues bien, ese material recibía el nombre de besque. De ahí embescarse, que como se puede intuir significa pringarse, caer presa de algún engaño, embauque o emboscada (de forma y manera que emboscada y embescada para el caso lo mismo es).

Hasta ahí la explicación que no sé si ha sido muy correcta puesto que yo jamás he ido a cazar pajaricos, ni a pescar, ni ha pegarle escopetazos a los jabalís. En caza y pesca, cero patatero. Pues bien, a lo que íbamos, a mí me han montado una buena. Pongamos por caso que en el mundillo de las marchas cicloturistas hay marchas sencillas, llevaderas, duras, más duras y monumentos. Pongamos que David y Jesús marcharon el año pasado a una de estas más duras y volvieron con el culo un tanto escocido. Y pongamos que este año vuelven a salir inscripciones y se vuelven a apuntar.

Hasta ahí más o menos se puede entender. El masoquismo en esto del deporte es algo irracional (bastante más que las irracionalidades a las que aludía en la anterior entrada) y que escapa a toda lógica, pegarse encima de una bici más de seis horas puede llegar a enganchar. Sabes que llegarás a meta con el culo hecho unos zorros y hecho una braga pero por algún extraño motivo a los dos días ya quieres repetir.

Sin embargo, uno que no es más que un apacible cicloturista malo no, peor, y que su única cita importante este año no debería haber pasado de la Puertos de la Ribagorza, no tiene por qué entrar al trapo en estas embescadas. Pero claro, te prometen un fin de semana de lifareo con pacharán, chuletón y bocadillos de chistorra y ya se lía la cosa. Y digo yo... ¿el lifareo no me lo podría haber zampado sin haber caído en la embescada? Pues posíblemente sí pero ahora el mal ya está hecho.


7 de junio, Isaba. Pax Avant recorrido corto de 100 km (que no sencillo). Me voy a cagar por las patetas. Espero que en el ascenso de la Pierre de Saint Martin haya algún bar o restaurante porque aparte de los avituallamientos oficiales pienso hacer alguno extraoficial porque todavía no me cabe en la cabeza como voy a subir un puerto de más de veinte kilómetros y más de mil metros de desnivel. Pero como he caído en el besque igual que una pobre cardelina habrá que apechugar y ser valiente. Podía haberme rajado pero ir a pedalear por esos lares con Jesús, David, el clan de Naval y algún estalentao más que se nos unirá puede ser motivo de muchas risas y a uno esas juergas le pueden. Aunque a mitad de puerto me acuerde del chuletón, de mi hermano por embescarme y hasta de mi santa madre. Seguiremos informando.

2 comentarios:

  1. ¡Besque, besque!. Esto se nos ha ido de las manos. Pero la zona es bonita a más no poder.

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    1. Pues sí, se nos ha ido de las manos. Que el lunes le diera la venada a uno de nosotros pase, pero a cinco mastuerzos a la vez en cosa de 8 horas... estamos pa tirar.

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