miércoles, 22 de octubre de 2014

Habemus Tour

Hoy se ha presentado oficialmente la 102ª edición del Tour de Francia. A mí particularmente no me gusta lo que han hecho, y eso que es un recorrido eminentemente montañoso, o eso parece. Me explicaré.


La ronda gala parte desde la ciudad holandesa de Utrecht con una especie de prólogo largo o contrarreloj individual corta de 13 km. No estaría mal si no fuese por el hecho de que esta es la única contrarreloj individual de las tres semanas. Ni tan siquiera hay alguna cronoescalada que hubiera casado bien dentro de la acumulación de puertos que han pretendido hacer. Nada, una crono al principio y después la nada. Bueno hay otra crono por ahí pero tiempo al tiempo.

Tras este "prólogo" el pelotón enfila hacia Bélgica, donde hay llegada en el muro de Huy, para llegar al norte de Francia y hacer etapa con final en Cambrai con los consiguientes tramos de pavé. Veamos, el año pasado la etapa con adoquines salió a la perfección. Fue una mini Roubaix con mucho más empaque que la verdadera clásica de principios de abril. Llovió e hizo un tiempo de perros como no había hecho en la Clásica de Clásicas desde hace por lo menos diez o doce años. Posiblemente ningún ciclista profesional en activo había disputado una Paris-Roubaix en esas condiciones, Cancellara sin ir más lejos, un potro desbocado en el adoquín seco, no supo ni por donde empezar este pasado julio. Fue un etapón antológico con trascendencia en la clasificación general y no precisamente por la caída de Froome sino por el golpe encima de la mesa del Tiburón Nibali.


Pero esas cosas, ese cúmulo de circunstancias, ocurren de tanto en cuando. Ni es bueno disponer etapas de pavé en el Tour una vez cada quince años ni lo es abusar de ellas y repetirlas año tras año. Lo bueno si breve, dos veces bueno. Ojalá en Cambrai salga otro día llovizneando y con frío, ojalá. Pero la lógica invita a pensar que el adoquín esta vez no será decisivo. Aunque al menos la etapa tiene 220 km y eso algo de daño hará.

La carrera sigue por la costa normanda hasta llegar a la Bretaña y he aquí la segunda llegada en alto en el Mur de Bretagne. Qué quieren que les diga. En la primera semana una llegada de este tipo pues gusta, dos empalagan. Recuerdan inevitablemente a las etapas perpetradas por la Vuelta a España en su última época. Porque además se dice y se comenta que las etapas contarán con bonificaciones de tiempo. Como en la Vuelta.


Para rematar esa primera semana, que no está mal traída del todo pero que marca una peligrosa tendencia, llega una contrarreloj. ¿Pero cómo? ¿no había dicho que después de la primera etapa ya no había más cronos? Pues sí y no, no hay individuales mas hay una fantabulosa crono por equipos de 28 km. Tras una semana de carrera y con el adoquín mediante. Como experimento no está mal aunque ya que la organización del Tour se hizo con el control de la Vuelta (aunque parece que sea al revés ya que la presente edición de la ronda gala se ha Unipubliquizado de mala manera) podrían haber utilizado la ronda española de banco de pruebas y plantar la CRE en la 10ª etapa a ver qué pasaba. Así de buenas a primeras en el Tour la cosa puede petar de mala manera (equipos incompletos, gente lastrada por caídas previas, etc)

Llega el primer traslado y el primer día de descanso en Pau. Desde allí primer contacto "serio" con la montaña con la llegada en alto en la inédita Pierre de Saint Martin. ¿Qué puedo decir al respecto? No puedo ser objetivo, posiblemente el puerto de montaña donde más he disfrutado-sufrido-disfrutado (y así en un bucle de 2 horas y pico de ascensión). Me hace mucha ilusión que lleguen allí pero no considero que la etapa sea digna de un Tour. De la Vuelta, sí. Es lo que han venido pergeñando en las últimas ediciones, 150 km de llano y puertaco al final, y el que más chifle capador. Eso no es montaña, por más que se llegue en alto, en un puerto de 1200 m de desnivel con rampas de más del 10%. La montaña es otra cosa, es enlazar puertos, desgaste y trabajo de equipo. Tácticas y escaramuzas. Y en eso los franceses eran unos maestros a la hora de diseñar etapas. ¿Por qué no aprovechar ya no digo un Larrau pero al menos un Bagargi, una Marie-Blanque que les pilla de paso desde Pau? La Pierre de Saint Martin es un puerto duro y bonito, esta vez suben por la vertiente del Labays, cualquiera de sus otras caras es similar, pero con puertos previos luciría mucho más. Una pena.


Siguiente etapa de montaña, dentro del tríptico de Pirineos, con final en Cauterets pueblo previo paso de Aspin y Tormalet. 190 km en total. Quizá de lo más acertado de toda la ronda si los ciclistas no son tan mezquinos de esperar a la última subidita para atacar y honran a Monsieur Tourmalet yéndose en sus rampas en pos de la gloria. 

Tercera etapa de Pirineos con final en Plateau de Beille tras una etapa de sube y baja por puertos que van aumentando poco a poco su categoría hasta el final. De vez en cuando la sorpresa surge en este tipo de perfiles aunque las dificultades se presentan demasiado espaciadas por kilómetros de llano. Quién sabe. Pinot, Bardet o Barguil pueden jugar a ser héroes e intentar dejar el Tour en Francia después de 30 largos años.

Desde allí se va a buscar la zona de los Alpes pasando por Mende y su correspondiente final en alto. Hace veinte años el equipo ONCE la lió en aquella etapa. De ahí a colegir que veinte años después pueda ocurrir algo similar dista un abismo, parece más bien otra oportunidad de lucimiento para esos especialistas del pelotón a los que se ha tenido a bien denominar "sprint climbers". Vamos, lo que viene siendo un sprint en cuesta.


Una etapa de más de 200 km para llegar a Gap (tan sólo tres etapas superan esta cifra) en el, supongo ya que no está disponible el perfil, típico final en bajada con puerto a 10 km de meta. No por ser un recurso repetido deja de ser un recurso necesario en esta carrera, mucho más a mi entender que los finales en cuesta para lucimiento de los "sprint climbers". Y segundo día de descanso.

Comienzan los Alpes y la traca final con llegada en alto en Pra Loup tras superar el largo paso del Col d'Allos. En Pra Loup fue donde Eddy Merckx claudicó ante Thevenet, ni había nacido cuando pasó ni lo he visto posteriormente en vídeo alguno. Lo he leído pero lo cierto es que no recuerdo haber visto subir, en directo, este puerto jamás. A priori parece otra subidita marca de la casa "sprint climbers" aunque, eso sí, previo paso por un puerto de 25 km coronando a 2250 m de altitud.


La siguiente etapa, de 185 km, asciende el Glandon pero nada o poco más. Algún valiente lo puede intentar pero ya se verá. Una etapa más tarde se llega en alto a La Toussoire con los 80 últimos kilómetros sin un tramo llano y subiendo la Croix de Fer. Puede ser otra de las etapas a tener en cuenta aunque para mi gusto sus escasos 140 km de recorrido son insuficientes. Hace falta más recorrido para que la gente se caiga de madura del pelotón.

Y llegamos a la penúltima etapa antes del tramite de París donde se asciende el Galibier para tras un largo descenso llegar a la meta en Alpe d´Huez. Tan sólo 110 km. En un mundo idílico supondría el broche de oro al Tour con ataques desesperados en las rampas del Galibier por parte de los ciclistas franceses, para los que se ha diseñado este recorrido, para intentar derrocar al líder colombiano, Nairo Alexander Quintana. En un mundo idílico es posible que incluso Wilco Kelderman, Urán, Dan Martin y Alejandro Valverde, así como el Colombia Coldeportes, Nibali, Mollema venciendo sus complejos y los corajudos Cajasrurales Txurruka y Lluis Mas estuviesen metidos en la pelea. Hasta Contador, Purito y Froome, ya puestos. Y Wiggins haciendo de aguador. Y Kwiatkwoski luciendo maillot arcoiris.


Pero es difícil que todo eso pase. Por no decir imposible (es más fácil que toque el Euromillón que ASO Tour invita al Caja Rural y al Colombia Coldeportes a la carrera) aunque al final todo dependerá de los ciclistas que son los verdaderos artistas de esta película. Sin embargo, con semejante recorrido parece probable que muchos opten por otras carreras. El Giro puede ser el gran beneficiado ya que a una montaña más dura que cualquiera que se pueda imaginar pero puesta con criterio a lo largo de las tres semanas se añade una crono individual larga de 60 km. El Tour es el Tour pero hay vida fuera de él. 

Por de pronto me despido con el vídeo promocional del próximo Giro de Italia, carrera que como ya he dicho, me seduce más por su recorrido. Además la venden muy bien haciendo unas promos sensacionales. Ojalá que ambas carreras nos deparen grandes tardes de ciclismo al año que viene. Comienza la cuenta atrás.




4 comentarios:

  1. Te noto un poco negativo Carlos, pero tu eres el que entiendes. Yo me sentare delante de la tele a ver que pasa.
    El Giro me encanta.
    Saludos.

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    1. Más que negativo, crítico. Que a lo mejor les sale bien pero tanta acumulación de montaña la mayoría de las veces sale rana.
      Aunque al final es lo que tú dices, sentarse delante de la tele y disfrutar con los artistas, porque la carrera la hacen ellos.
      Y si no, tenemos el Giro que tiene algo especial, cada año me gusta más.
      Un saludo y para cuidao con la BTT!

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  2. Por si fuera interesante o de utilidad para ti, para los compañeros de rutas o para los lectores de tu web, tengo publicado el siguiente blog:
    plantararboles.blogspot.com.es
    Se trata de una manual breve y sencillo para que los amantes del monte y del campo podamos reforestar, casi sobre la marcha, aprovechando las semillas que nos dan los árboles y arbustos autóctonos de nuestra propia región.
    Salud,
    José Luis Sáez Sáez

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    1. Interesante blog el tuyo, José Luis. Le iré echando vistazos y quien sabe si a lo mejor puedo poner en práctica algunas de tus ideas. La de fijar un par de días al año para sembrar o plantar finalizando la jornada con una merienda me parece sensacional! Saludos

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