miércoles, 12 de octubre de 2016

Fin de semana por Guara 2016, el sábado

Tercer año seguido participando en la Trail de Guara. La palabra correcta es participando ya que lo de correr fue algo anecdótico y lo de caminar a veces también. Al llegar a meta cayeron 5 minutos más respecto al tiempo del año pasado así que si tenemos en cuenta el incidente con el sr Roca en el bar de Radiquero (ver crónica del 2015) puede decirse que la palmada de tiempo estuvo en torno a los 20 minutillos. Y podría haber sido mucho peor, vayamos por partes.

Este verano no he corrido nada. Bueno, si nos atenemos a las teorías del Gurú, no he corrido en mi vida porque lo que quiera que hago él lo denomina avanzar pegando brincos. Pero teniendo en cuenta la movilidad famoseril que me caracteriza pues no he corrido nada en comparación con lo que quiera que hiciese otros veranos. Nada no es poco o menos que otras veces o no lo deseable. Nada es nada. Cero. Bueno, por no mentir tres trotadetas en la bajada que va por el camino desde detrás del campo de fútbol hasta la iglesia del monseñor. Nada más. Con esos credenciales y un peso en canal que se aproxima dramáticamente a lo que se denomina "estar en el dial de la frecuencia modulada" (entre el 87 y algo de Rock FM al 107 y algo de Hit radio) la cosa pintaba mal. Si además tenemos en cuenta que de treinta días que tiene septiembre bastantes más de la mitad han transcurrido en estado febril, con mucosidades o expectoraciones puede que fuera uno de los que no mentía en la salida cuando decía que este año no iba a tirar ni pa atrás. Porque de todos es sabido que en cualquier salida de una carrera que se precie todo el mundo está o ha estado jodido y tiene malas sensaciones. Y luego rebajan marca.

El señor Panizo, el menda y Paquito Zapador. Foto extraída del feisbuc de Zapador el cual la subió a la red dos minutos antes de empezar la trail con filtro instagramero y todo. ¡Qué huevos tienes, Paquito!
De modo que viendo el percal le dije a Lemus que ni se les ocurriera esperar en cuanto me quedara de su ritmo y el de Morcate, que sería más pronto que tarde. Con muy buena intención pretendían que fuera con ellos "por lo menos hasta Quizáns" que eso es tanto como decir que te estrujan bien estrujado y ahí en medio de todo el tomate te dejan vendido a tu suerte. No, gracias. A la segunda capta el mensaje y queda zanjada la negociación así que cuando en la segunda rampa del pueblo Morcate mira para atrás y le hago el gesto de que tiren Lemus zapador pone la directa y marchan.

Pillo un tapón de los gordos bajando a Villacantal. Magda es más habilidosa y consigue adelantar pero yo hago más de la mitad de la bajada a la marcheta. Para cuando paso y voy cogiendo ritmo ya no alcanzo ni al tato. Subiendo el barranco de Lumos alcanzo a Magda y como ella va más ligera bajando le digo que me adelanto, que ya me cogerá luego. Corro bastante hasta Asque.

1h19'29''
Minuto y medio más rápido que el año pasado. En ese momento no recordaba los tiempos de paso de otros años pero me sonaba que no iba desencaminado.

Salgo corriendo de Asque tras beber un poquitín. Intento seguir el consejo del sr Ornitorrinco de no beber tanto para no encharcar la tripa y tener que volver a conversar con el sr Roca en algún momento de la mañana. Y oigan, tras aplicarlo durante todo el año la cosa funciona. Eso sí, tengo hambre así que me zampo una gominola de esas energéticas. No sé si es efecto placebo pero funciona también.

No cazo a Magda pero sorprendentemente me cazan Noemí y Mariano. Digo lo de sorprendentemente porque no sé qué hago tras hora y media de carrera por delante de ellos. Me explican que han llegado justos a la salida han salido últimos y tal. Consigo seguirles un rato pero antes de entrar a las pasarelas se van. Normal.

Ahí en las pasarelas, chulo el tramo nuevo, empiezan las apreturas y no sólo con la pared sino con ciertos grupos de excursionistas que van de paseo. La mayoría ceden el paso todo hay que decirlo y muchos animan de manera muy efusiva. Muy bueno el paso por la cueveta donde aguardan un porrón de señoras mayores sacando fotos y haciendo bulla. Esto es lo que gusta de estos eventos. Tramo horrible de escaleras con mogollón de turistas en contradirección haciendo equilibrios para dejar pasar y llegamos al paso por Alquézar.

2h12'09''
Dos minutos mejor que el año pasado. Converso un rato con Luis Trailmaker, pregunta que tal voy y le contesto que da igual porque el martillo pilón llega entre Quizáns y Viña, hasta ahora tanto te da. Me zumbo un powerade azul, un poco de secallona, dos trozos de plátano y unas avellanas y salgo hacia arriba con Elena A (cierto sr Torrinco, era Elena y no Pilar).
Foto cortesía de Luis Trailmaker

Por la canal que lleva a Basacol conversamos acerca de hijos tardanos y el descenso generalizado de participación en las carreras. Elena era una rueda bien buena pero al llegar a las balsas están animando Ettorino, Motor Perkins y Lucas así es que paro un minuto a hacer aprecio. Qué desastre. Sector navalero, tranquilos porque no tenéis la culpa, pero qué desastre. Ese minuto ya no sé recuperarlo. No sólo eso sino que Elena me sacará algunos más en la subida. Además me dicen que el dúo Zapador-Panizo transita con 16 minutos de ventaja. Comienzan los dolores, los amagos de calambre. No alcanzo a nadie salvo a una voluntaria que ha salido corriendo despavorida buscando a algún participante que se ha dejado unas gafas en Basacol. Y la alcanzo porque se para y da media vuelta que si no no la cojo.

Comienzo a ir atufado por el simple hecho de ir solo y no coger un ritmo alegre. Lo mejor que podía haber hecho en ese momento era parar y esperar a Magda que no debía de venir muy atrás. En cambio sigo adelante, me tomo un magnesio, me cogen tres zagales que van más o menos igual de atufados, les sigo el ritmo, paran a estirar y vuelvo a ir solo. Llego a Quizáns. No puedo comparar con el año pasado porque éste no había control de paso pero seguro que palmo mucho tiempo. No lo paso mal ni mucho menos pero no tiro.

Bajando intento correr. Los cojones. Intento por dos veces y viendo que Robocop tenía más agilidad decido guardar esas carreras para una zona con menos piedras. Me alcanza Magda que baja mucho más ligera. Pregunta si espera y le digo que no, que ya la cogeré antes de Viña. Cuando la veo enfilar la primera mini rampa después del descenso y donde aún la tengo a la vista sé que no la cogeré. Tan sencillo como que no tiro.

Saco un poco de fuet y comienzo a zampar, ya que no sé correr al menos lleno un poco el depósito mientras camino o lo que sea que estoy haciendo. En la zona de llanos antes de acometer el repecho a Viña recupero algo de ritmo pero la cosa es que me estoy aburriendo. Voy solo y salvo alguna pareja de voluntarios en algún cruce pelando la pava no se ve a nadie. Sé lo que me queda, que a partir de Viña me cogerán los de la Long Trail y será más divertido pero no puedo ir más rápido hasta allí para salir de ese trozo tan pestoso, es una putada.

Me acuerdo del Enano que debe de estar montando alguna feria en Madrid o en Jaén y no ha podido venir en esta ocasión. De Juan el policía, Chicote o Calderas. De todos esos corricolaris que en otras ocasiones me han hecho esa tramada mucho más llevadera y que no participan este año. Cojo a alguien pero van peor que yo, con los cuatro intermitentes puestos y bastante hacen caminando como para charrar un rato. Otra gente va escuchando música por los auriculares, me rebasa corriendo y a los tres metros se detiene para comenzar a caminar. A un ritmo más lento que el que llevo. Por una senda estrecha. Y encima alguno se me tira un cuesco en los morros. Es maravilloso.

Llego a Viña hasta los huevos. La voluntaria que grita de manera desaforada y que se escucha desde kilómetro y medio antes de llegar me mira extrañada porque debo de sacar una cara de mala hostia bastante importante. Me gustaría compartir su entusiasmo pero quiero llegar aunque sea a Radiquero cuanto antes. Su compañero me anima "venga que vas bien, bien, bien". Sí, bien, bien. Bien jodido, le respondo.


4h 53' 19''
Once minutos peor que el año pasado en el acumulado. Un cuarto de hora perdido en la puñetera subida. Al menos ni voy mareado ni me duele la tripa ni nada por el estilo. Llevo una importante reserva hídrica y de powerade que me fundo allá arriba mientras zampo unas avellanas. Relleno botellín con cocacola y el botellín de agua se queda a medio llenar, la bolsa de la camelback va de bonito. Caigo en la cuenta de que no he cargado agua cuando estoy a doscientos metros del avituallamiento. No pienso dar la vuelta, si no sé llegar a Radiquero con medio litro de cocacola y trescientos mililitros de agua es para irme a la mierda con todo merecimiento.

La cosa se pone divertida cuando me van atrapando los participantes de la Long Trail que bajan desde Sevil. Ya que no sé correr al menos es majo ver a esos zagales y zagaletas que bajan como sarrios pegando brincos y todavía tienen tiempo para:

1) preguntar si van por el camino correcto
2) dar las gracias por dejarles paso
3) desear suerte o dar ánimos (gracias, adoro a esta gente)

Me alcanzan unas zagalas francesas con las que nos vamos rebasando según pica para arriba o para abajo desde hace bastante tiempo. Maldigo a la educación general básica por no aprender jamás el idioma de más allá de los Pirineos para poder tener algo de charla con estas mozas. Al menos sirven de guía allá a lo lejos e intento seguir su ritmo. Las patetas desbloquean el estado de huelga y comienzan a funcionar a fogonazos. Una carrereta aquí, otra allá, ahora camino ahora hago ver que corro.

Pasa uno de la de 50 km. Saca pintas de vasco, por la manera de animar. Porque como un vasco no anima ni dios. Por hacerle aprecio salgo corriendo tras él, algo así como cinco metros. Luego él ya se va distanciando pero al menos ya no paro en un buen rato. Oigo que vienen trotando por detrás, miro por el rabillo del ojo y me doy cuenta de que estoy en medio así que me orillo. Oye, no te eches a un lado, ve a tu ritmo -me dice una moza de muy buen ver. Le hago saber que va más rápida y que no es molestia. Pregunta si eso que vemos es Alquézar. No, hija, no. Eso es Radiquero, queda una subida antes de meta. Medio sonríe y sale zumbando con su minimochileta y sin bastones tras dar las gracias . Esta peña es de otra pasta.

6h01'01'' en Radiquero. Un minuto más que el año pasado. ¿He recuperado? No, lo que ocurre es que el año pasado fiché en el control tras la conversación con el sr Roca en el baño del bar del pueblo. Y aún así este año ficho un minuto más tarde. Con una presencia de ánimo mucho mayor todo hay que decirlo. Recargo un poco de cocacola que apenas he bebido y sigo con la dieta de las avellanas. No me veo con pitera para zampar pastel, pastillo o tragar una cerveza. Gran avituallamiento el que tienen ahí montado pero San Pelegrín aguarda y ya que hasta el momento no me he cagado no me gustaría hacerlo a las cuatro de la tarde en mitad de la cuesta.

Como único punto de referencia allá a lo lejos tengo a la pareja de francesas antes mencionadas. No las cojo ni a tiros. No hace calor excesivo, no duelen las piernas tanto como antes pero no hay manera. Pasa un mulo de los de la Long que luego veo en la clasificación que es de Montañeros. Al igual que veo que la moza con la que converso antes de llegar a Radiquero es de las mejores de España haciendo kilómetro vertical. Al mulo de Montañeros que pasa bufando como una locomotora es imposible seguirlo y va haciendo de puente con las francesas hasta que las rebasa. Coronamos. Ni un cartel, ni un voluntario, nadie animando... Eso de ir a Alquézar a pegar cuatro aplausos mientras uno se echa el café es de agradecer pero encontrar aunque sólo fuera un alma en mitad de esa subida apelando a los cojones y ovarios de los sufridos participantes lo sería mucho más.

Corro detrás de las francesas como si fuera Alfredo Landa en una película de los años 60. No las alcanzo ni pa dios pero al menos hago ver que corro hasta que llegamos a la zona de zigzag antes de las piscinas donde el nivel de piedras impide cualquier intento. Llegada al pueblo y automático bienestar en todo el cuerpo. Qué bien sientan esas rampas cementadas para trotar. Mi reino por una rampa del 25% cara abajo para dejarse caer. Choques de palmas con críos que salen al paso y giro de ciento ochenta grados para enfilar recta de meta.

La típica estampa de la gente que está comiendo y echando el café mientras cuatro descerebrados sudados y llenos de mierda pasamos por enmedio corriendo hacia la meta. Se escucha algún ánimo, de la gente conocida más que nada. No culpo al resto, la verdad, si estuviera comiendo dudo que levantara la vista para aplaudir a todos y cada uno de los que desfilamos por ahí. Lo que ya toco un poco la moral es que en esa última carrera hacia la meta venga gente en contradirección paseando y prácticamente haya que ir esquivando pero bueno...

6h55'25'' en meta, cinco minutos peor que el año pasado. Recojo una cerveza en la meta y veo al sr Ornitorrinco comiendo en una mesa acompañado de su hermano Manu, el sr Bestué y uno de los fichajes del CAB llamado Pablo. Me pregunta que qué tal y le intento explicar todo lo narrado aquí condensado en dos frases. ¿Qué esperabas? -contesta- si no habías hecho nada en verano... y tiene toda la razón. Aparecen Lemus y Morcate y marchamos a comer, echar unas cervezotas y unas buenas risas que a fin de cuentas es a lo que habíamos venido.

Notas mentales para el año que viene (II)

De la mitad de las notas mentales que dejé el año pasado algunas no se han aplicado para nada. El tema de la hidratación ha ido por caminos dispares y en lugar de llenar la camelback hasta arriba fui mucho mejor bebiendo pequeños tragos en mitad de los tramos y luego buenas cantidades en los puntos de control. Sed no pasé y el tema de piernas cargadas vino sencillamente porque no había de donde sacar.

Si me apunto a la carrera para 2017 (que todo puede ser que no) hay varias cosas que deben cambiar. No es por hacer marca o dejar de hacer. Es, como bien dijo el sr Ornitorrinco en nuestra conversación posttrail en la que ni le pregunté por su viaje a Islandia (qué desastre de cabeza y más después de siete horas dale que te pego), que aunque vayas más despacio al final te tienes que cansar igual o más de estar tanto rato caminando. De ir tan despacio. Al año que viene o soy capaz de hacer ciertos tramos a un ritmo más rápido o mejor estaré animando en la subida de San Pelegrín. Más que nada porque cuando comienzas a conocer el circuito algunas tramadas son desquiciantes y más a velocidad de caracol.

Este verano la mayor aproximación al tema de correr se ha producido cuando al llegar a la piscina plantaba la toalla a la vera del amigo Gregorio y la ecléctica conversación giraba en torno a algo parecido al atletismo. Como si charrar con él fuera a transmitir sus capacidades por osmosis marchaba a casa a cenar sin haber hecho un mísero largo en la piscina.

Cuando comencé a tomar conciencia del problema ya era demasiado tarde. Como en aquellos exámenes en los que uno se daba cuenta de que no había hecho nada hasta la noche de antes e intentaba arreglarlo deprisa y corriendo, ideé un plan de acondicionamiento y puesta a punto de cara a la Trail. Con tan mala suerte de que cogí un trancazo de aúpa y el plan comenzó a hacer aguas. Gracias a David L y esas caminatas a la Boquera se pudieron salvar en parte los muebles. A dos semanas vista, esas mismas salidas junto a otras en solitario o en compañía de las múltiples abuelas que pululan por ese mismo camino o por el parque, completaron la peculiar preparación. Y con esa preparación no podía aspirar a nada más. Así y todo, gracias David. Esas caminatas mitad ciclismoafondo mitad todoseriespuntocom son acojonantes.

Dicho todo esto también ha habido algún lector de la blog que ha dicho que de estar en mi lugar ya hubiera hecho prou para siempre. Y seguramente mucha gente compartirá su opinión y no les falte razón pero la cosa es que en el fondo por mucho que raje de tal o cual trozo de la carrera el resto me gusta un montón. Y al final es con lo que uno se queda porque los malos ratos se olvidan con el tiempo. En abril del año que viene uno ya no se acuerda de que el trozo entre Quizáns y Viña es un tostón de cuidado y lo más fácil es volver a apuntarse.

Así es que para el verano que viene, si me apunto, tengo que preparar la dichosa trail. Supongo que será una preparación famoseril pero al menos será. Lo que no quiero bajo ningún concepto es volver a transitar esa tramada hasta Viña a un ritmo tan insufriblemente lento. Y que si me adelanta bajando a Radiquero una espigada gerifalta de prestaciones realmente sorprendentes poder seguirle el ritmo más de cien metros antes de echar las tripas.

Eso sí, si por un casual en mitad de esa supuesta preparación, comienzo a hablar de estupideces como por ejemplo la cerveza isotónica cero cero o menciono la palabra maldita e innombrable que comienza por "run" y acaba por "ning", cojan una barra metálica de considerable grosor y con toda la fuerza de la que sean capaz de hacer acopio péguenme fuerte en la cocorota. Que una cosa es preparar de manera medianamente decente una carrera y otra volverse medio gilipollas.


PD. El dúo Zapador-Panizo llegó a meta en torno a las 6h20'. Bien por ellos. A pesar de los pesares les recuperé tres minutos en los últimos 10 km. Chavales, confesad que alguno paró en el bar del pueblo a echar un fax. O silbad ahora que podéis porque si al año que viene os aguanto hasta Radiquero ¡en San Pelegrín os demarraré!.
Elena A hizo el tramo Basacol-Meta 29 minutos mejor que yo. Eso es perder una buena rueda y lo demás tonterías. La próxima vez la conversación navalera se postergará hasta mejor ocasión, delante de una tapa y una caña o algo así.
Magda cubrió el tramo de ascenso a Viña 10 minutos mejor que yo. Con esa ventaja de tiempo llegó a la meta batiendo y por mucho su marca del año pasado. ¡Enhorabuena!
El sr Ornitorrinco, rebajó en 5 minutos su marca del año pasado defendiendo el prestigio de subir al podio de los abueletes turbopropulsados. ¡Bravo! ¡Platípodo gerifalte somontanés de rendimiento francamente soprendente!

2 comentarios:

  1. Jajajajaja...
    powerade azul+secallona+magnesio+avellanas : me duele la tripa solo de pensarlo...
    Cuando llegaste a Viñas y te gritaba la voluntaria yo ya estaba con mi cervecita en meta jejeje...
    Islandia espectacular !!!
    Lo mejor Carlos es que tienes mucho margen de mejora (si entrenases un poco, claro).
    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Te acuerdas del anuncio de leche, cacao, avellanas y azúcar? Pues esto es una marranada similar. Powerade, magnesio, avellanas y secallonaaaaa: MEZ-CLI-LLA!!!
      Lo que comentas de la cervecita es un buen incentivo para intentar mejorar. Correr más para tener mucho más tiempo de echar cervezas en meta. Se estudiará, cuídate!

      Eliminar

Entradas relacionadas

Entradas relacionadas